LADRONES DE BICICLETAS

El robo de la bici de Iñaki Mazza (el campeón de BMX en los Juegos Olímpicos de la Juventud) tuvo final feliz ya que el pibe fueguino recuperó su Fiend rodado 20. Pero en el KDT no pasa lo mismo: en la última semana se reportaron dos robos, por lo que los ciclistas se autoconvocaron para pedir a las autoridades porteñas medidas concretas.

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Iñaki Mazza feliz tras recuperar su bici. En el KDT no pasó lo mismo.

“Ladrones de bicicletas”, la peli de Vittorio de Sica, es el título emblemático del Neorrealismo italiano, el movimiento que retrató crudamente la quebrada realidad de Italia, con una sociedad empobrecida por la Segunda Guerra Mundial y con la vergüenza de haber apoyado el crecimiento del monstruo del fascismo. La historia, simple y contundente, sucede en la Roma de postguerra, pero podría ser hoy y aquí, en Baires: el hambre y la miseria azotan la capital italiana; Antonio Ricci consigue trabajo como repartidor con su bicicleta -cualquier similitud con los esforzados pedalistas de Rappi, Glovo y Pedidos ya es pura coincidencia- pero al poco tiempo se la roban. Junto a su pequeño hijo, el desesperado laburante recorre las calles de la Ciudad Eterna intentando recuperar la bici que le permita comer un día más con una desesperación tal que lo termina delinquiendo.

Sin la maravillosa composición estética que le permitió a De Sica ganar un Oscar a la mejor película extranjera, aquel argumento podría aplicarse lo que sucede hoy en Baires en donde existen –reportados- dos robos diarios de bicicletas (ver link). Y se considera que, al menos, otros tantos no se refieren a las autoridades por el extenso trámite y la falta de respuesta oficial.

Un hecho violento tomó estado público en los últimos días tomó estado público por la magnitud de la víctima: hace justo una semana –el jueves 14–, el fueguino Iñaki Mazza (oro en BMX de los Juegos Olímpicos de la Juventud) fue asaltado a punta de revólver mientras practicaba con unos amigos en el parque de la Floralis Genérica, en la Plaza de las Naciones Unidas, sobre Avenida Figuera Alcorta entre Facultad de Derecho y el edificio de la TV Pública. También le llevaron un drone, una cámara pro y dos iPhones. “No los culpo, lo hacen para sobrevivir”, explicó el apesadumbrado campeón olímpico adolescente con la misma madurez que le llevó a contestarle a Mauricio Macri, en un almuerzo post Juegos: “Si quiere campeones, hay que invertir en el deporte”, cuando el presidente de la Nación intentó chicanearlo con que el precio de una pista de freestyle techada era excesivo para el bolsillo del Estado.

La historia de Mazza tuvo un final feliz. Gracias al GPS de uno de los teléfonos, pudieron determinar que los bienes estaban en una casa ubicada en la Manzana 7 de la Villa 31. La Justicia habilitó la intervención de la División Cibercrimen y autorizó a realizar una compra simulada. Cuando se presentó el vendedor –de 19 años- y se comprobó que tenía la cámara Sony fue detenido; allanada su vivienda, se encontraron los teléfonos, la tablet de la novia del ciclista y  la mochila de uno de los amigos del deportista. Pero faltaba la Fiend rodado 20 con la que había subido a lo más alto del podio olímpico en octubre, que finalmente recuperó ayer tras recibir un llamado diciéndole que había sido encontrada en las vías del tren.

Otros casos similares, con menos prensa, no tuvieron ese desenlace doñado. Y todos sucedieron en un ámbito en el que los ciclistas deberían estar protegidos. Dos asaltos violentos y un violento intento frustrado ocurrieron dentro del Parque Manuel Belgrano –más conocido como KDT– en la última semana. Los tres con el mismo modus operandi: un grupo de delincuentes se filtran en el complejo de Costanera por una reja cortada, esperan a ciclistas en una zona de escasa iluminación del parque y, tras sorprenderlos y golpearlos, se retiran con la bici y las pertenecías de sus víctimas, aprovechando que el predio de 17 hectáreas solo cuenta con dos personas a cargos de seguridad, empleados de la omnipresente empresa Murata, una de las preferidas por el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta para custodiar espacios públicos y sospechada de aportar sus bases de trabajadores como aportantes de la campaña (ver link).

El primer damnificado, el viernes 15, fue Gerardo Fernández, quien estaba sobre su bicicleta de triatlón y fue duramente golpeado por los atacantes antes de llevársele su máquina. El lunes 18, al atardecer, los cacos fallaron en su intento de robar a una joven de nombre Irina, aunque el ataque le generó heridas en el rostro y la rotura de anteojos. Ese mismo día, tres horas más tarde, hubo un segundo intento que concluyó con otro robo: Esteban Botazzi, un ciclista de 80 años, recibió un golpe en la cabeza que lo dejó inconsciente, por lo que los agresores pudieron llevarse la bicicleta y el celular.

Como medida preventiva, Murata duplicó la dotación y ahora son cuatro los miembros de la empresa ubicados en el predio: uno en la entrada a la pista y tres en las zonas peligrosas; además, debajo del puente de Salguero (una de las potenciales vías de escape de los delincuentes) se estableció un control policial de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires y se pusieron algunos agentes de consigna en el interior.

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La Policía de la Ciudad estableció un control afuera del KDT.

Los ciclistas y patinadores que utilizan la pista –algunos, miembros de las selecciones nacionales de ciclismo, triatlón y patin carrera- han decidido tomar cartas en el asunto y se autoconvocaron para hoy, a las 18, pidiendo una reunión con Damián Rossi, administrador del predio, al que le entregarán un petitorio dirigido a él y a Luis Lobo, subsecretario de Deportes porteño, exigiéndoles medidas urgentes no sólo en lo que respecta a seguridad sino cambios funcionales para evitar el riesgo que implica la entrada al complejo ya que deben cruzarse con autos que entran a la autopista a altas velocidades.

ERNESTO RODRÍGUEZ III
@EPHECTO

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